La crisis muta i se accentua

E. CASTELLANO – Maestro y periodista .- No existe duda alguna cuando, al analizar los resultados de la última convocatoria electoral, se observa que lejos de lo que se ha dicho desde algunos estamentos políticos, la crisis no solo no ha desaparecido, sinó que se ha acentuado un poco más.

Seguramente, se ha cambiado la presión económica por presión social pero el hecho que en la cámara legislativa con sede al palacio de los Borja, quepan 10 personas que representan el pensamiento más oxidado del conjunto ideológico, pone de manifiesto la existencia  de grupos fascistas y como estos cogen fuerza.

No se ha interpuesto barrera alguna a las fuerzas conservadoras y, a partir d ela fecha de constitución de las Cortes Valencians, observaremos como la realidad de esta fuerza política hará de su campaña electoral una caricatura de lo que es capaz de hacer y de hasta qué punto van a poder dificultar la acción de gobierno. La extrema derecha valenciana nunca había desaparecido del panorama social y además ahora, dispondrá de voz y voto en el legislativo.

Han llegado a las estructuras de poder gracias a las dudas de la base social que hasta la fechahabia dado apoyo a opciones más centradas y a pesar de todo, democráticas. Ha estado esta base social que dispone de referente ideológico claro, la que por razones complejas y pulsiones primarias, ha hecho suyo el discurso de que “con franco se vivía mejor” y no han dudado en emitir su voto sin necesidad de mayor documentación.

La crisis no ha desaparecido y el grado de “descivilizacion” que deja entre un numeroso grupo de personas que s ehan visto desamparadas, desasistidas y desprotegidas social y culturalmente, económica e ideológicamente, ha sido alto.

El ensayista valenciano Gustau Muñoz lo apunta en su reciente publicación: “la sucesión de acontecimientos ha sido acelerada; el Brexit; la agresividad de la Rusia de Putin y sus p´racticas oscuras; el capitalismo didactorial de China; la elección de Bolsonaro en Brasil; la deriva de la Europa Oriental hacuia el autoritarismo; la crisis de la Unión Europea”, forman parte de los contenidos de los informativos, de los telediarios y de las páginas de los periódicos digitales y convencionales y todo ello provoca quebranto ideológico.

La crisis no ha acabado, ni mucho menos. El malestar social, se ha traducido en votos y por esta razón, lejos de interponer un cord´n sanitario al pensamiento “ultra”, se le ha dado valor mediante diez escaños en las Cortes Valencianas; poca broma. Diez escaños que, con un aparato ideológico, estructural y formal detrás, podrán deshacer más que construir.

No se ha de perder de vista que el partido más votado en el País Valenciano ha sido la abstención y ello evidencia la necesidad de entender el malestar social existente y preparar respuestas y alternativas para ese colectivo de personas que ocupa casi la cuarta parte del electorado y se sienta más integrado al tiempo que ha de comprobar que, a pesar de ser un aparte de los perdedores de la globalización, existe futuro mediante la participación ciudadana y que con ella se puede superar la marginalidad, el empobrecimiento social y la disgregación injusta.

Sin lugar a dudas, esta ha de ser la principal preocupación del próximo gobierno valenciano durante el cuatrienio próximo y dejarse de “milongas”. Todavía más cuando se observa en el mapa de colores políticos de nuestra geografía y la tonalidad azulona de nuestra comarca en concreto.