Más cultura y menos sectarismo

C.Moreno .- Siempre se ha de tener en cuenta la cultura como base de acción y actuación en nuestros pueblos. Se escribe este artículo de opinión el día en que en el calendario cívico se subraya como Día Mundial de la Población y, a pesar de conocer la buena actitud de los gobiernos valenciano y aragonés y de las universidades del territorio que abraza la Serranía Celtibérica para revertir la fuga de población, debo insistir en la necesidad de poner en valor la cultura, las tradiciones y las costumbres serranas.

Lo hago, consiente y conocedor del anuncio que, hace ahora un año, la Diputación de Valencia realizó en favor de nuestra comarca. Se decía que 19 municipios de la Serranía del Turia recibirían 1,04 millones de euros para realizar obras sostenibles y que no implicaran sobrecostes en mantenimiento o conservación. Esta suma, se añadía a una cifra anterior prevista en el Plan de Inversiones.

Según parece, los 19 pueblos agraciados por esta lotería, en mayor o menor medida, han procurado desarrollar proyectos con estas características, pero una vez más, se observa como las municipalidades de nuestra comarca, mandan (que no gobiernan) de espaldas a la ciudadanía que les otorga su confianza.

Digo esto, porque a pesar de los cuarenta años de democracia vivida, esta comarca dispone de muy pocos consejos de participación ciudadana y de todavía menos órganos consultivos relacionados con la cultura o las fiestas. Una vez más, los ciclos evolutivos en la Serranía del Turia se mueven a golpe de cuarenta en cuarenta años, como en tiempos del dictador golpista.

Afortunadamente, la sociedad civil de algunos de nuestros pueblos, se ha reactivado y ha vuelto a recuperar tono. Pero a pesar de ello, la sensación sigue siendo la misma que se tiene cuando se observa una noria o la rueda de un hámster con el “animalico” dentro. Nos encontramos en un círculo en el que nunca se sabe donde se encuentra el principio o el final.

El hámster, camina y camina dentro de la rueda pero nunca llega a ninguna parte. Cuando se observa la noria, en referencia a la tracción de feria que gira y gira, tampoco lleva más que al punto de partida. Hace demasiado tiempo que nos encontramos dentro de esta situación y aunque caigamos en la redundancia, rodamos sin movernos a ninguna parte

¿Cuánto hace que hablamos de despoblación, de paro o de desánimo, de olvido o de corrupción? ¿Por qué los tertulianos de los medios de comunicación no hablan de esta comarca que todavía es el pulmón valenciano medioambiental, la despensa territorial de la dieta mediterránea o el reservorio de valores sociales y cívicos? Pues muy sencillo: porque los que vivimos o trabajamos en esta comarca, no le hemos sabido poner valor.

Seguramente por ello, queman nuestros montes, transportan hasta aquí sus basuras, taladran nuestro paisaje en busca de minerales i arcillas o se hacen oídos sordos cuando se les recuerda el valor humano, social, cultural y étnico de nuestra comarca.

Pongamos en valor todo aquello que nos caracteriza y asumamos la necesidad de caminar juntos sin duplicidades. No necesitamos dos mancomunidades ni 19 auditorios. Tampoco precisamos docena y media de campos de deportes y atletismo… solo pedimos participación y un poco de cultura. Esto será suficiente por el momento; el resto vendrá por añadidura.